miércoles, 25 de febrero de 2009

RELATO 39: "BIENVENIDO, AMIGO"

Buenas noches, amigos del murciélago.

Esta semana he tenido mucho lío y mucho cansancio, así que no pude actualizar antes. Tampoco me voy a extender mucho por el mismo motivo.

Sólo decir que el tema sigue siendo LA CULPA, y que podéis dejar vuestros comentarios.



BIENVENIDO, AMIGO.




"Se acercó al corro pensando que jugaban con unos gatitos.
Cuando le tocó a él jalearon su nombre y le dieron cien palmaditas en la espalda, así que no tuvo más remedio que coger al que quedaba.
Lo acarició una vez, con disimulo, antes de pasarle el cordón de esparto por el cuello… y apretar".





DESCARGA EL RELATO EN PDF CLICKANDO AQUÍ:


BIENVENIDO, AMIGO




Espero que esta breve lectura os haya tocado la fibra. Si es así, pasad el relato por mail a vuestros amigos. En caso de que no os haya gustado, también podéis optar por enviarlo a vuestros enemigos.

Volveré pronto, más tranquilo (espero), y con...

¡UN CUENTO A LA SEMANA!

martes, 17 de febrero de 2009

RELATO 38: "ASPIRINAS"

Buenos días, amigos del murciélago.

Antes de empezar con el tema de hoy, quisiera analizar los datos de la encuesta de este BLOG. Podéis ver los resultados a la derecha.

Votaron 23 lectores: 16 declaran que sí, comprarían un libro autoeditado por el murciélago rojo, 2 dijeron que lo harían si costara menos de 10 euros, y 5 juraron que no lo comprarían ni locos. Hay una conclusión lógica: ME VOY A FORRAR si decido editarlo.

En fin, muchas gracias a los que se han dignado a participar (sí, incluso a esos 5 mamones).

Y dicho esto, vamos al lío:

Ah, LA CULPA, LA CULPA. Que tema ¿verdad? ¿A que no habíais pensado que hubiera tanta culpa en todo lo que nos rodea? Si te fijas bien, en todo volcamos un poco de culpa, a cualquiera se le puede considerar culpable.
Culpa y sexo manejan nuestra vida, amigos míos. Freud estaría contento con esta afirmación, aunque el murciélago sienta aversión por el psicoanálisis.

El relato de hoy habla sobre ello.

¿Cuántas veces actuamos correctamente, siguiendo los estímulos de nuestra moral, nuestros principios… y luego nos sentimos como idiotas por ello? ¿Hay recompensa por actuar bien?

En mi opinión no es cuestión de buscar la recompensa a los buenos actos (a menos que seas budista y esperes reencarnarte), sino de tratar de vivir orgulloso de ser uno mismo.
Ah, pero eso no impide que de vez en cuando metas la pata, o que en vez de premio obtengas castigo. Aunque de alguna forma creo en el Karma (al estilo de Earl Hickey), también creo que la recompensa, la única válida, es poder dormir por las noches a pierna suelta, sin que la culpa se cebe en tí.

Si sientes que eres un pringado es que vas por buen camino. Significa, que te has portado, aunque el mundo no te haya correspondido.

En fin, ahí va el cuento.



ASPIRINAS



"Era una mujer de bandera la que se le había insinuado en la oficina. Pero él llevaba diez años de feliz matrimonio y rechazó la oferta sin que le temblara la voz.
Luego, en el lecho, quiso demostrarle a su señora sus sentimientos con un arrumaco.
-Me duele la cabeza- le avisó ella.
Y él se pasó la noche en vela, mirando fijamente el techo".





DESCARGA EL RELATO EN PDF:


ASPIRINAS





Espero que os haya gustado. Si es así, enviádselo a vuestros amigos. Recordad que quiero vivir del cuento.

Os espero muy pronto, con…

¡UN CUENTO A LA SEMANA!

jueves, 12 de febrero de 2009

RELATO 37: "TUERCA DEL QUINCE"

Buenos días, amigos del murciélago.

Siguiendo con el tema de LA CULPA… ¿Qué puedo decir que no haya dicho ya?

La cuestión para seguir escribiendo relatos sobre un mismo tema, es explorar las diferentes facetas de ese tema. Es decir, ¿qué implicaciones emocionales tiene contigo? Plantea situaciones: ¿Te has visto alguna vez envuelto en algo así? Habla sobre ti, sobre tu pasado y sobre tus emociones.

Ahora hagamos todo lo contrario. Piensa en una persona totalmente opuesta a ti, en algo que nunca harías. Piensa en la psicología de este personaje nuevo, en sus contradicciones, en sus anhelos, en si es consciente de las consecuencias de sus actos, y si es así, si le da igual o se le plantea a menudo ese sentimiento de culpa.

Hoy os regalo uno super-breve. Hablaremos del trabajo de uno. No de aquel para el que uno piensa que ha nacido, sino de aquel que le da de comer, aquel que paga las facturas y le degrada a uno, día a día.
¿Hay algo más común? Lamentablemente, el 98% de los seres humanos no están contentos con su trabajo. A un 1% le da igual mientras vaya tirando, y el otro 1%, los afortunados, viven de aquello que les gusta hacer. Esto, claro, si hablamos del primer mundo (en el que, sea como fuere, la mayoría somos afortunados).
Os dejo con el relato:



TUERCA DEL QUINCE



"Odio mi trabajo. Mal horario, mal pagado. Necesito el dinero.
Hoy, al salir de la fábrica, he notado un dolor agudo en la mano. Al abrir el puño, me he dado cuenta de que llevaba, bien apretada, una tuerca del quince.
Tiene que ser de alguna prensa, pero ¿de cuál? Hay cientos en mi planta.
Sé que algo terrible va a ocurrir, porque las tuercas no están para hacer bonito.
Va a ocurrir, lo sé.
He tirado la tuerca a una papelera.
¿Qué otra cosa podía hacer?"




DESCARGA EL RELATO CLICKANDO AQUÍ:


TUERCA DEL QUINCE





Espero que os haya gustado. Espero que os haya removido algo por dentro. Si es así, enviadlo a un amigo, por mail, como siempre.

Hoy no filosofaré demasiado, pero pienso en vosotros, mis queridos amigos del 98%.
El murciélago rojo os desea lo mejor y, aunque no puede hacer milagros, siempre os tendrá listo…

¡UN CUENTO A LA SEMANA!

martes, 3 de febrero de 2009

RELATO 36: "LÁPICES DE COLORES Y PALOMITAS DE MAÍZ"

Buenos días, amigos del murciélago.


Hoy seguimos con el tema de LA CULPA.


LA CULPA adopta muchas formas, y de todas ellas se puede escribir.


La culpa es esa llamada que nunca devuelves, ese amigo del alma al que quieres volver a ver y nunca encuentras el momento, esa injusticia que presencias sin protestar, el objeto de tu deseo más profundo y que consigues “a pesar de”, las consecuencias imprevisibles de tus actos, las consecuencias previsibles de tus actos, la sensación de fallar a aquellos a quien más quieres, no ser fuerte, no vivir con valentía y honradez porque la cosa está muy chunga, plegarte a los caprichos de la vida, golpear cuando no toca, abandonar tus sueños cuando llega el anochecer.


Por suerte, se puede devolver esa llamada, se puede visitar a ese amigo de vez en cuando, se puede protestar contra la injusticia, se puede renunciar a los deseos “a pesar de”, se pueden asumir las decisiones y ser consecuente con ellas, se puede pedir perdón a los que más quieres, se puede ser fuerte, vivir con honradez y valentía cuando la cosa está chunga, mantenerse firme ante los caprichos de la vida, encajar los golpes con elegancia, no renunciar a tus sueños aunque no haya amanecido.


Se puede, se debe, y la culpa aún estará ahí. Te visitará de vez en cuando. Pero la tendrás controlada y vivirás sereno.


Por mis culpas pido disculpas. Lo hago a mi manera. Escribiendo.


Ahí va el relato de esta semana. A riesgo de caer en la ñoñería, utilicé el blanco y el negro, a pinceladas gruesas, para encontrar el gris adecuado. Este relato, que viví en la realidad (aunque haya sido adaptado a ciertas necesidades narrativas), se lo dedico a mi madre, que siempre ha cumplido con todo lo descrito en el quinto párrafo de este post:




LÁPICES DE COLORES Y PALOMITAS DE MAÍZ




"Como cada domingo fuimos a comer a casa de mis padres. Es una manera barata de llenar la tripa y de paso hacer feliz a la familia. Ese domingo en particular estaba invitada una compañera de trabajo de mi madre. Mi chica, mi madre y su amiga parloteaban animadamente sobre esto y aquello mientras yo devoraba mis macarrones gratinados y contemplaba la televisión, absorto en vaya usted a saber qué.

A mitad del segundo plato, muy a mi pesar, me llamó la atención lo que parecía ser el pistoletazo de salida de uno de los monólogos de mi madre.

“¿Te acuerdas de aquella?”, preguntó a su amiga. Y continuó sin esperar respuesta: “Sí, mujer, la del incendio. Esa misma, sí”

En ese momento se giró hacia mi novia, para ponerla al corriente de todo. Tomó una buena bocanada de aire y a partir de ése instante, entre frase y frase apenas si se deslizó algún murmullo, un suspiro, un estornudo traidor [...]"






DESCARGA EL RELATO COMPLETO CLICKANDO AQUÍ:



LÁPICES DE COLORES Y PALOMITAS DE MAÍZ





Si os ha gustado, ya sabéis, enviadlo a vuestros amigos por correo electrónico.

Y si tenéis que decir algo al respecto, hacedlo. Dejad vuestro comentario, sea bueno o malo. No os calléis.


Este murciélago culpable se retira ahora a su celda para meditar. Pero estará aquí para vosotros cuando decidáis volver. Siempre con…


¡UN CUENTO A LA SEMANA!